Como parte del programa de recuperación del patrimonio cultural por los sismos de 2017, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), trabaja por medio de tecnología no invasiva, el estudio del subsuelo y cimentación del Templo y Ex Convento de Nuestra Señora de la Asunción, en Tochimilco, Puebla.
El complejo conventual franciscano, considerado un ejemplo relevante de la arquitectura religiosa del siglo XVI en América y uno de los 14 monumentos que comprende la ruta de los “Primeros Monasterios del Siglo XVI en las Laderas del Popocatépetl”, reconocida como Patrimonio Mundial por la UNESCO, tuvo diversos daños, entre ellos grietas longitudinales a lo largo de las bóvedas de la nave principal del templo.
Por ello, el proyecto, encabezado por el doctor José Ortega Ramírez, tiene el fin de conocer las condiciones actuales del templo e intervenir en su restauración y así lograr fortalecerlo.
“Para restaurar las bóvedas del templo se instalará un gran andamiaje y apuntalamientos, cuyo considerable peso será soportado por el piso de la iglesia, por lo que se nos solicitó analizar el subsuelo de ésta para conocer las condiciones en las que se encuentra, si hay alguna cavidad o elemento que pudiera interferir o representar un riesgo para su instalación en el templo”, indicó Ortega Ramírez.
Para el estudio del subsuelo y cimentación se hará uso de un georradar, el cual emite ondulaciones casi instantáneas, con lapsos pequeños que se miden en nanosegundos (una billonésima de segundo), después se hace un muestreo de esas reflexiones para generar una imagen en dos dimensiones. Los datos son filtrados o procesados —muchas de las veces la señal es menor que el ruido ambiental provocado por las frecuencias de celulares, radio y televisión—, cuyo resultado es una imagen que permite interpretar anomalías que podrían ser fracturas, cavidades, humedad o cualquier accidente que puede tener el subsuelo.
Para finalizar el doctor detalló: “La aplicación de este tipo de tecnología en la recuperación del patrimonio cultural no debe verse sólo como parte del expediente del proyecto de restauración, sino como un elemento importante en este trabajo que realiza el INAH, pues ofrecen datos científicos concretos, de manera rápida, que ayudarían en el desafío que tiene el instituto por delante”.
Con información del INAH