Mucho se ha hablado sobre la aplanadora que presuntamente arrasaría en las próximas elecciones del 2024 con la coalición de Morena y los partidos satélites Verde Ecologista y del Trabajo (que ni son verdes ni trabajan), pero la realidad de lo que se avecina desde mi punto de vista es una contienda cerrada.

En una entrega anterior les recordé que AMLO en 2006 obtuvo poco menos de 14 millones de votos, en 2012 poco más de 15.1 millones de votos, en 2018 el tabasqueño logró la votación más alta de la historia consiguiendo 30 millones de votos, pero que para el 2021 en la elección federal, morena y su coalición sacaron 21 millones de votos frente a los partidos opositores que consiguieron 23 millones de votos.

También les recordé que pese a toda la corrupción y uso cínico de recursos públicos para acarrear a usuarios de programas sociales y con firmas falsas para hacer realidad la consulta popular en 2022 de revocación de mandato, Morena y sus satélites utilizando el poder del gobierno federal y de la mayoría de gubernaturas apenas alcanzaron 15 millones de votos para que permaneciera AMLO frente al poder ejecutivo.

Esto viene a colación ante los recientes hechos donde Morena y su dueño han obligado a las dirigencias de los partidos satélites para que declinen a favor del candidato de la 4T Armando Guadiana Tijerina, es decir, Morena es rehén de los partidos satélites que ahora son sometidos pero a cambio de jugosas remuneraciones en curules, cargos y dirigencias con el único objetivo de no romper la coalición y así poder pelear en las próximas elecciones.

¿No que ya arrasarían y no hay nada que hacer?

¿Por qué presionaron a los satélites si según sus encuestas las elecciones del 2024 son un mero trámite?

¿Por qué el nerviosismo si se supone que pese a poner a la peor candidata de Morena en la elección de Edomex ganarían con una ventaja de al menos 20 puntos frente al ‘pulverizado’ PRI?

Insisto, AMLO sabe que ya no tiene el apoyo de las clases medias que le dieron el gane en 2018, sabe que Claudia o Marcelo son el tabasqueño. ¿Morena es invencible? Desde mi punto de vista no.

Extrañaremos la actividad del Popocatépetl

Dentro del temor que nos generó a los poblanos la intensa actividad del volcán Popocatépetl debemos agradecerle muy en el fondo de nuestros corazones que por casi dos semana mantuvo ocupados a los políticos ambiciosos que ya estaban en una completa fiesta de la elección que se avecina en el 2024.

Y es que por unos días, Don Goyo mantuvo con mucho quehacer a los suspirantes cuyo partido gobierna el estado, ya sea atendiendo la contingencia o deteniendo sus actividades de proselitismo vulgar por la lluvia de ceniza que cubrió una buena parte de la entidad.

En fin, con la disminución de la actividad volcánica tenemos que regresar a nuestra cruel realidad de las vulgares bardas y recorridos en pueblos y municipios de los funcionarios en el poder llámese legislativos federales y locales o gobierno del estado, no para atender carencias o sacar a los municipios adelante económica y socialmente o resolver los problemas de inseguridad, sino para buscar un hueso en el próximo sexenio.

Que pena.

La gobernadora víctima de sus propias decisiones

Bien haría la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros en analizar su situación política pues conforme se acercan las elecciones del 2024, se conduce a ser la víctima de sus propias decisiones.

Y es que como se los he escrito en otras entregas, la gobernadora es rehén del grupo Sánchez Anaya cuyos tentáculos ahorcan a la administración Lorenista.

Por un lado la operación que hace la diputada Marcela González desde el congreso para echarse a la bolsa al nuevo o nueva responsable del Organo de Fiscalización lo cual será usado como garrote político y método de presión a los y las alcaldes.

Por otro lado debilitó a la Secretaría de Salud al colocar a la misma diputada como encargada de la operación en la elección interna sindical que hoy asfixia a la administración morenista a través de Blanca Águila.

En otro lado se encuentra Luis Ramírez quien con su permanencia al frente de la Secretaría del Medio Ambiente echa al basurero de la historia la lucha feminista de Lorena Cuéllar pues recordemos las acusaciones como deudor alimentario lo cual de acuerdo a la reciente aprobación constitucional de la 3 de 3 contra la violencia hacia las mujeres, debe ser despedido y no volver a ocupar un cargo público, sin embargo, la mandataria local lo mantiene al frente de la dependencia.

Ni se diga la tunda que le dio el Secretario de Gobernación e impresentable Adán Augusto quien le refirió en la cara de la mandataria que las cifras de inseguridad no ponían a Tlaxcala como un estado seguro.

¿Quién le vende espejos a la mandataria? ¿Su directora de comunicación social? ¿Su secretario de gobernación?

Lo peor de todo es que no se puede ver un grupo compacto de defensa de la mandataria, es decir, cada personaje jala agua para sus propios fines políticos menos para lo que la mandataria los contrató.

Pobre gobernadora, es víctima de sus propias decisiones.