A nada de concluir los procesos internos de los partidos políticos para seleccionar a los candidatos que habrán de presentarse rumbo a la jornada electoral del 6 de junio próximo, entre todas las designaciones, destaca una que ha generado un ambiente de indignación nacional; la del senador con licencia, Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero.

Y es que la candidatura a gobernador de ese estado, se habría convertido en la joya de la corona, gracias a las encuestas públicas las cuales ubican al partido Morena como amplio favorito, es decir, quien resulte nominado, saldría como el privilegiado del pueblo a conseguir el triunfo, razón por la cual, en la pugna interna los diferentes precandidatos habían estado dándose con todo con tal de conseguir el premio mayor.

Es de notarse que pese a los señalamientos públicos y denuncias penales por abuso sexual contra Félix Salgado Macedonio, la dirigencia nacional de su partido y peor aún, sus militantes, estén aferrados a defender a capa y espada el derecho del senador a postularse. Como consecuencia, el rechazo general que además se volvió nacional, no se hizo esperar y personas de todos los sectores de la vida pública del país comenzaron a alzar la voz para que Morena y el presidente rectificaran la designación.

Y es así con el manifiesto de #PresidenteRompaElPacto, la oposición y algunas personas del partido oficial señalaron a Andrés Manuel como el ajedrecista del juego. Si nos ponemos a analizar la situación a fondo y no con el estómago, podríamos concluir que lo que tontamente pedimos es que el presidente ponga sus manos en el proceso electoral. De ese tamaño nuestra incongruencia al urgir que lopez se meta hasta la cocina en las elecciones y al mismo tiempo exigir un Estado de Derecho.

Lo estamos haciendo mal y me incluyo en la frase porque yo misma caí en el juego de exigir algo que por ley no depende del presidente, se nos olvida que en el estricto sentido de la democracia, el pueblo es capaz de elegir a una hiena como gobernante, si esa es la voluntad de la mayoría.

Llamo entonces a la reflexión, a preguntarnos: ¿quién realmente ha puesto a Félix Salgado en el lugar que está? y ahí encontraremos la respuesta al principal problema de los mexicanos porque en una sociedad civilizada una persona como él jamás hubiera sido Alcalde, Diputado, Senador, mucho menos candidato a la gubernatura de su estado; el problema de fondo no es él, es el pueblo que lo sigue votando y que probablemente lo hará gobernador.

¿ Qué nos queda? ¿Ser optimistas? ¿Hacer conciencia?, Tal vez tengamos suerte y en el mejor de los casos renunciará a la postulación, pero vendrá otro candidato que no es ni tantito mejor que él; el futuro de Guerrero no parece muy prometedor.