Para que la corrupción ocurra requiere que solo los interesados estén enterados. Nadie más. De otra forma se corre el riesgo de ser descubiertos.

        La corrupción se da en lo secreto. “En lo oscurito”. Con quien  no le cuente a nadie más. De ahí que siempre se hable de ser transparentes o de transparentar los procesos que sean para combatirla.

Siempre se pide discreción de a quién se invita a participar en el acto corrupto. De ahí que cuando nos enteramos de tal o cual caso o suceso nos sorprende. Nos causa asombro por lo mismo.

Seguro que a estas alturas de la vida, ya para nadie es sorpresa que a diario se descubran nuevos actos corruptos.

        En México somos expertos en corrupción. Somos muy corruptos. Ocupamos el lugar 123 ó 125, de acuerdo a Transparencia Internacional. (Subimos y bajamos constantemente). Cada vez que veo o leo ha cambiado el lugar. Además El Banco Mundial de la Organización de los Estados Americanos y el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado estima que el costo de la corrupción en México llega al 10% del PIB.

        Por más en secreto que se ha dado, el ruido que la corrupción y sus protagonistas, hombres y mujeres han provocado ha sido tan grande que el escándalo que ha llegado hasta los niños. Que se han enterado. ¿Y eso qué importan?

         Bueno es que eso les ha llevado a formarse una opinión al respecto. La que es nada halagadora. ¿Por qué? Por varios motivos. ¿Cuáles? Aquí le enlisto solo algunos.

Se forman una opinión contraria de su país. México es un país de tranzas. Y el que no tranza, no avanza. Otra es que los puestos de gobierno que ocupan las personas son dados a una bola de ladronas. De individuos que dispondrán del dinero que no es de ellos para su beneficio personal.

        Por si esto fuera poco, con la corrupción se está fomentado el desinterés ciudadano. Es decir, el que cuando crezcan estos niños no quieran ir a votar o no deseen involucrarse en actividades sociales comunitarias. Perpetuando así el círculo de la indiferencia. Por todo lo que sucede a su alrededor. A este respecto Octavio Paz afirmaba que la indiferencia a la muerte del mexicano, se derivaba de su indiferencia por la vida.

        En un estudio reciente, (2016-2017) que se acaba de dar a conocer, mismo que sirvió de tesis a la investigadora de la UANL, Alondra Salazar López  y elaborado en el Laboratorio de Comunicación Política de la Facultad de Ciencias Políticas de dicha universidad, encontraron que los menores de 60 planteles del área metropolitana de Nuevo León, tanto públicos como privados, consideraban a la política con gobernantes, en primer lugar. Derechos y leyes en segundo lugar y corrupción en tercer puesto.

        “Lo primero que vino a mi mente es rateros, porque se quedan con todo el dinero”. Esto respondió Alejandro. Un menor de 11 años. Y así muchos otros citados en la Tesis.

        Si a Alejandro le restamos cinco años, los que estuvo bajo el cuidado de su madre, tal vez y no tomamos en cuenta el primero y segundo de primaria, esto nos deja con solo cuatro años en que Alejandro formó su opinión.

         Sabemos que los primeros 12 años de edad son los formativos en la vida del ser humano. Lo que se asimile formará la manera de ver el mundo que le rodea. Entonces, en solo 4 años, Alejandro recibió información suficiente que le formó su criterio y a la hora del experimento contestó lo que se había formado ya en su mente.

        Los estudiantes de nivel básico han aprendido a definir política como una serie de acciones negativas y corrupción. Por lo mismo, cuando llegan a la edad de votar y participar, prefieren estar en el “feisbuck”. Por lo mismo rechazan a la generación actual de gobernantes. Y por lo mismo rechazarán a sus padres en su hogar, porque son un tipo de gobernantes. Ah, de ahí su rechazo a toda forma de autoridad y ahí El Meollo del Asunto.

Fuente: Niños ligan a políticos con robos y corrupción. (http://www.milenio.com/region/ninos-politicos-robos-corrupcion-uanl_0_1010898927.html).

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