La descomposición política y social en México, nos ha heredado una eventual crisis en el país, misma que se ha hecho mas evidente a partir del caso Tlatlaya y Ayotzinapa, situaciones que hicieron se destapara la cloaca y dejara ver la podredumbre política, así como sus nexos con la delincuencia organizada.

Estamos pagando un precio muy caro los mexicanos, por dejar que unos cuantos, por cierto los mismos de siempre, decidan por todos nosotros y por el permanente alejamiento de la sociedad con la política.

Necesitamos entender que nuestra participación en la vida democrática de un país va mas allá de ir a votar o bien dejar de hacerlo, que la sociedad hace mal en abandonar a sus representantes recién electos y dejar que ellos sean los que decidan las políticas públicas, si querido lector, una sociedad bien organizada participa en el diseño de sus políticas.

Que caro estamos pagando, que una buena parte de la sociedad mexicana siga vendiendo su voluntad a políticos sin escrúpulos.

Que nos queda ahora? Estamos ante una gran oportunidad de retomar las riendas del país, aprender de estos acontecimientos y seguir alzando la voz para que cambien muchas cosas de raíz.

Por lo pronto el PRD tendrá que poner el ejemplo otorgando la renuncia de Jesús Ortega, Jesús Zambrano y de Carlos Navarrete, segundo el Gobierno Federal tendrá que evaluar su conducción y la renuncia del Procurador Murillo Karam, de Eugenio Imaz del Cisen, así como de Osorio Chong y por último, que Peña Nieto evalúe las consecuencias que vendrán para el país por querer aferrarse al poder, esto, ya que una gran cantidad de mexicanos claman su renuncia, perdiendo así su legitimidad.

Por último si nosotros los ciudadanos no empezamos a exigir la regulación de la revocación de mandato, así como transparencia y espacios para mayor participación ciudadana seguiremos viviendo en un México como el que se vive ahora