Entramos de lleno en los días de navidad. Muchos se van ya de vacaciones. Sólo un pensamiento llena su mente. Celebrar con su familia la "Noche Buena" y La Navidad. Sin duda es un pensamiento y un deseo encomiable. Pero, ¿Por qué se mueve tanta gente en el mundo para hacer lo mismo? ¿Cuándo nos pusimos de acuerdo para vacacionar en esta temporada? Hace ya muchos años, en el año 440 d.c.

Como saben bien, “d.c”., son las iniciales para decir después de Cristo. Ya que es el hecho reconocido por siglos, como el que parte la historia humana en dos. Sólo que hoy, a más de dos mil años de distancia del acontecimiento, ya no se dice así. ¿Entonces? Se dice como hacen los judíos: “la era común” o  "nuestra era” para dejar de señalar el nacimiento de Cristo.

Al igual que en la Alemania Nazi de los años treinta, existe hoy, como entonces, una inercia por ya no nombrar a Cristo y su influencia en la cultura. Es ésta presión tan fuerte, que provoca grandes cambios en la cultura general. Lo peor de todo es que quienes la ejercen, son sólo una minoría de personas la que logra el que no se mencione la persona y el nombre de Cristo, que la que aún cree en ÉL y que viven bajo sus principios cristianos. Pero vuelvo al punto.

El motivo de las celebraciones de la época decembrina, lo sabemos bien, es el Nacimiento de JESÚS. El que sucedió en Belén. No obstante la sociedad, las personas, la gente, la cultura, poco a poco empieza a olvidarlo. Lo hacen, insisto, porque así lo quiere una minoría de personas. Parecería que “gritan” más fuerte que la mayoría que sí cree en el hecho del nacimiento. Esta minoría quiere que se olvide que el motivo de las celebraciones navideñas es un hombre. (Imaginen a las feministas, seguro esto les provoca arcadas).

Como siempre he dicho, JESÚS es la razón para la celebración. Quienes reconocemos el suceso, quienes creemos que es el Hijo de DIOS nacido de María, no debemos permitir que se olvide. Por ello y de manera cordial, hemos de recordarlo expresando la frase sencilla: ¡Feliz Navidad!

La inercia porque sí se olvide el suceso es cada día mayor. Y los cristianos; católicos, evangélicos, presbiterianos, etc., seríamos culpables de ello. Hemos aceptado ser y estar “políticamente correctos” y algunos, caminan con la “corriente” para que no se ofenda la gente con nuestra creencia. Hemos cometido errores grandes al compartir la Fe. Hemos sido insensibles. Lo sé. Esto debe cambiar de parte nuestra. Mas, ¿hasta dónde ha llegado la inercia que menciono?

Hasta el “prohibir”, en algunos lugares públicos que se diga “Feliz Navidad” y se cambie por ¡Felices Fiestas! Como las que tiene la gente cada viernes. O los fines de semana, o en las Fiestas Patrias, o la de los toros. No obstante, la navidad no es sólo una fiesta más. Como salir los viernes "de antro". Como nuestra fiesta de cumpleaños. O la Independencia de nuestro país. No es como el Día del Compadre o el Día de la Madre. Está sobre todas ellas.

Plaza de Toros de Aguascalientes.

La Navidad representa para el mundo cristiano la salvación y el resurgimiento de la esperanza que trajo Jesucristo con su nacimiento. La remembranza de Su mensaje de Amor, Paz y Redención. Que son la base de la doctrina cristiana. La Navidad es la fecha para celebrar todo eso. ¡Y, sí! Es la razón para la celebración.

Es por lo que millones de personas en el mundo, viajarán para estar con sus familiares durante la celebración navideña. No es sólo una fiesta y un  pretexto para disfrutar de ella y un banquete sin igual, sin que la presencia de JESÚS, por medio de Su mensaje, Su razón y Su Persona, inunde nuestro corazón con Su amor, Comprensión y Perdón.  Sobre todo, si profesamos y decimos ser cristianos. Y si no, también. La navidad es para todos.

La navidad también presenta al mundo el “milagro” más grande de la doctrina cristiana. “La Encarnación”. Milagro del que se desprenden todos los demás milagros del cristianismo y que se describen en los Evangelios. Los que suceden durante la vida en la tierra de JESÚS. Vida que no es sólo un mito, como dicen, sino un Hecho Histórico comprobado. ¿Será un mito para algunas personas? Claro que sí, pero es un mito que se convierte en realidad. Esa es la diferencia y El Meollo del Asunto. Es “El Hecho Histórico Más Grande de la Humanidad.

El Nacimiento de JESÚS conlleva la idea de la “vicariedad” en la vida del que nació. Donde una persona-JESÚS- aprovecha lo que otra persona-María-ha ganado u obtenido. En su forma más elevada, la “vicariedad es el concepto central del cristianismo. Como diría un músico, es el “leitmotiv” de la naturaleza cristiana. La cooperación de unos para con otros.

De éste tipo de milagros necesitamos ahora mismo en México. Ya que para solucionar el problema de la inseguridad que vivimos en el país, debemos-todos-cooperar con todos. Coexistir. Usando nuestros recursos y al mismo tiempo, aprovechando los recursos de los demás. Quienes de forma “vicaria”-todos-los compartimos. Los sometemos al usufructo de todos y en beneficio de los demás. Algunas veces representa nuestra pérdida. Pero la ganancia de todos los demás.

Hacerlo así sería un milagro. Como la Encarnación en la primera “Navidad”. Un milagro que representó el beneficio de todos. ¿La pérdida? Fue la vida de JESÚS treinta y tres años después del Nacimiento. ¡Eso es lo que mueve a la humanidad! Un milagro. El milagro de la navidad. ¿Cuál es? La Encarnación que sucede con el nacimiento de JESÚS. El Nacimiento de DIOS mismo en la tierra. Quien desciende hasta lo más bajo y profundo de la Creación para alcanzar al ser humano que se había perdido. Lo hace y lo logra muriendo y RESUCITANDO. Es el Milagro de la Resurrección. Imposible sin el nacimiento.

Entonces, felices fiestas del Nacimiento. ¡Feliz Navidad a todos y todas! Esto aún sigue siendo El Meollo del Asunto.

Twitter: @elmeoyodlasunto

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Imagen de: DePeru.com