El pasado 15 de febrero se conmemoró el Día internacional de la lucha en contra del cáncer infantil, el cual se instituyó desde el 2001, gracias a una iniciativa de la Organización Internacional de Cáncer Infantil, una red formada por 177 organizaciones de padres de niños con cáncer de 90 países de los 5 continentes, el principal objetivo fue sensibilizar y hacer conciencia sobre los desafíos a los que se enfrentan los niños y sus familias cuando sufren de esta enfermedad, también se pretende que los niños de todo el mundo tengan acceso a un diagnóstico certero y tratamiento adecuado y oportuno.
En nuestro país se registran anualmente entre 5,000 y 6,000 casos nuevos de cáncer en menores de 18 años, los principales tipos de cáncer detectados son leucemias, que son alrededor del 52% de los casos, linfomas un 10% y tumores del sistema nervioso central 10%.
Después del diagnóstico se salvan alrededor del 56% de los casos, la incidencia de casos es de 9 menores de 18 años por cada 100,000 en la población no derechohabiente en México.
En la última década se han registrado un promedio de 2,150 muertes anuales por causa de esta enfermedad en menores de edad. El cáncer es la principal causa de muerte por enfermedad en la población infantil entre 5 y 14 años de edad.
Actualmente, el Seguro Popular cubre la atención a los niños con cáncer, sin embargo en México sólo existen 135 oncólogos pediatras y cada año se registran más de 5,000 casos.
Ante el cáncer infantil no hay prevención, hay niños que al día de nacidos son diagnosticados con la enfermedad, la única manera de salvar a los menores es con un diagnóstico temprano, el 70% de los casos detectados en una etapa precoz terminan en cura total.
México cuenta con 54 Unidades Médicas Acreditadas (UMA) para la atención de pacientes menores de 18 años con cáncer, aún así, no existe una homologación de procedimientos por tipos de cáncer y los protocolos empleados en nuestro país han sido superados por los estándares internacionales, el 40% de los niños que se curan sufrirán secuelas importantes, incluso las instituciones más reconocidas carecen del equipo y especialistas adecuados para brindar un tratamiento de calidad, en otros casos, la situación económica deriva en el abandono del tratamiento y en la pérdida del menor.
Los médicos que buscan un grado superior en la carrera de medicina, saturan algunas especialidades y dejan vacíos en otras que son muy importantes justo por el impacto de las enfermedades en la población mexicana, por ejemplo, en el 2013 para Cirugía General había 5,228 aspirantes, para Ginecobstreticia 4,609, Medicina Interna 4,363, Pediatría 4,043, Anestesiología 3,747, Médico de urgencias 3,721, Traumatología y ortopedia 3,378, Medicina familiar 2,761, Otorrinoralingología 1,788, Oftalmología 1,427, en cambio en especialidades como Geriatría hubo 926 aspirantes, Epidemiología 649, Radio oncología 546, Genética 483, Anatomía patológica 398, Audiología 325, Salud pública 305, Médico legal 264, Patología clínica 213, Calidad de la atención 173.
Quizá los futuros especialistas deberían revisar las cifras, reflexionar nuevamente en su orientación y vocación profesional y ajustarla a la realidad que se vive en nuestro país, pues hay pocos especialistas justo en las ramas que que la sociedad actual requiere y con su trabajo podrían lograr diagnósticos tempranos y tratamientos eficaces y oportunos.
