"La Ley de Parkinson asegura que, sin importar cuánto tiempo dediques a revisar tu correo electrónico, siempre habrá un nuevo mensaje esperando cuando termines. ¡La bandeja de entrada es un universo en expansión!"
O.J. Haynes
EL TRABAJO SE EXTIENDE HASTA OCUPAR LA TOTALIDAD DEL TIEMPO: El 1980 hicimos un estudio sobre la burocracia en México, eran los tiempos del estatismo radical (reciclados el día de hoy), el resultado fue sorprendente: de cada diez trabajadores, siete eran innecesarios y los tres restantes harían el trabajo con mayor eficacia, eficiencia y congruencia. Esto, por supuesto, incluía a diputados y senadores, como hoy, más preocupados por dietas y prebendas que por el bien de la nación.
El resultado del estudio nos remitió a la primera “Ley de Parkinson”, formulada por el historiador Cyril Northcote Parkinson en 1955, postula que "el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para su realización". Si bien inicialmente se aplicó al ámbito de la administración y la burocracia, su relevancia se extiende a la economía con algunas interpretaciones fascinantes.
En primer lugar, en el contexto económico, la Ley de Parkinson sugiere que los recursos disponibles para una tarea determinada tenderán a ser utilizados por completo, independientemente de la eficiencia real necesaria. Esto se traduce en que, si hay fondos disponibles para un proyecto, es probable que se utilicen en su totalidad, incluso si el proyecto no requiere ese nivel de inversión. También nos expresa que, regularmente se “requerirá” hasta tres, cuatro o cinco veces más que el presupuesto original. ¿Ejemplos claros?: El AIFA, el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, las campañas presidenciales (especialmente la del partido en el poder) y la deuda pública, que se expande hasta ocupar la totalidad del crédito, obviamente sin resultados.
En segundo lugar, la aplicación de la Ley de Parkinson en la economía puede observarse en la gestión del tiempo y los recursos en el gobierno (también en las empresas, pero ahí el riesgo es individual, en las burocracias todos somos paganos). Por ejemplo, si se fija un plazo demasiado amplio para completar un proyecto, es probable que los trabajadores (sobre todo si son militares) utilicen todo ese tiempo, incluso si el trabajo podría haberse realizado en menos tiempo con una gestión más eficiente.
Y EL GASTO SE EXPANDE HASTA SUPERAR LA TOTALIDAD DEL PRESUPUESTO: En tercer lugar, la Ley de Parkinson puede influir en la formulación de políticas económicas. Por ejemplo, si se asigna un presupuesto gubernamental considerable a un área específica, es probable que esa área busque utilizar todos esos fondos, aunque no sea necesario, lo que puede conducir al despilfarro de recursos. Otra vez: ¿Les suena el interminable e improductivo Tren Maya?
En cuarto lugar, la aplicación de la Ley de Parkinson en la economía también puede implicar la expansión del gobierno y la burocracia. A medida que se asignan más recursos a un espacio gubernamental, es probable que su tamaño y alcance aumenten, lo que puede llevar a una mayor regulación y una burocracia más extensa, independientemente de la eficiencia real de dichas medidas. ¿Han intentado sacar su auto del” corralón” o rescatar algún objeto perdido en el aeropuerto?
EL CONTRAVENENO: La política de Presupuesto Base Cero (PBC) utilizada con éxito en la NASA y en algunos Estados de la Unión Americana, es una estrategia presupuestaria que implica revisar y justificar cada partida presupuestaria desde cero en lugar de simplemente ajustar los presupuestos del año anterior (vulgarmente llamado “método cuantitativo” o de “cabildeo”). Esto lleva a contrarrestar el efecto de la Ley de Parkinson al eliminar la tendencia automática de aumentar los presupuestos simplemente porque existen fondos disponibles, o deuda contratable.
La PBC obliga a los administradores a justificar cada gasto, lo que reduce el despilfarro y fomenta una gestión más eficiente de los recursos, quizá por eso no se adopta en México, salvo en algunas empresas exitosas. Al no permitir la "inercia presupuestaria" de simplemente repetir los presupuestos anteriores, más la inflación, faltaba más. Se fuerza a los funcionarios a evaluar críticamente la necesidad y el valor de cada gasto propuesto. De ahí la necesidad de tener especialistas y no “recomendados” o “cuates” en cada área de gasto o inversión. Es claro que esto no ocurre, al menos desde el 2006.
Si se aplica correctamente, la PBC tiene el potencial de reducir el impacto de la Ley de Parkinson al fomentar una asignación más racional y eficiente de los recursos, enfocándose en las necesidades reales en lugar de simplemente gastar lo que está disponible. El presidente De la Madrid lo intentó, pero, por lo visto, ganaron las burocracias. La Ley de Parkinson ha permeado hasta las entrañas de los partidos políticos.
ATENCIÓN, CANDIDATOS Y FUNCIONARIOS: Una estrategia efectiva para evitar que el gasto se extienda hasta ocupar la totalidad del presupuesto es implementar un enfoque de Presupuesto Base Cero en lugar de ajustar los presupuestos del año anterior, cada partida presupuestaria se revisa y justifica desde cero.
Como estos llamados “paquetes de decisión” implicarían la disminución significativa de la corrupción, las tranzas y los dispendios del dinero aportado por los contribuyentes y obligarían a hacer productiva la deuda pública en lugar de comprar casas, autos, viajes y contratos amañados o balastro cubano de “piedra pómez”, seguro no se va a implementar. Imagínense un Congreso de 32 diputados con mayor eficiencia y lucidez que uno de 300, y sin becas plurinominales. Sería un verdadero milagro.
Al implementar un verdadero PBC y adaptar sus estrategias al contexto específico de cada organización o entidad gubernamental, se puede trabajar para evitar que el gasto se expanda descontroladamente y garantizar una gestión financiera más eficiente y responsable.
Para profundizar. Sin saberlo, en casa siempre utilizamos PBC. Un año tenemos una enfermedad que ocupa el 30% de nuestros ingresos, sería poco posible padecerla el próximo año (o una boda, o una fiesta de quince años), así que hacemos nuestro PBC en base al paquete de decisiones que tomamos para el ciclo siguiente. Aquí caben decisiones repetitivas, como seguros o colegiaturas, pero sin duda no repetimos el viaje a Disneylandia o a Chiconcuac del año pasado.
Si bien puede no haber líderes políticos que citen explícitamente la Ley de Parkinson o el PBC (en USA, sí), es probable que muchos estén familiarizados con su observación y puedan aplicarla de manera implícita en la toma de decisiones políticas y la gestión de recursos públicos.
Pedir prestado más de lo que se puede pagar conduce a dificultades financieras graves. Países como Venezuela, Argentina, Sudán, Grecia, se sobreendeudan debido a préstamos excesivos, tasas de interés altas o gastos, que no inversiones, en proyectos irrealizables, lo que puede llevar a la quiebra virtual o al endeudamiento eterno, a costa de la gente buena que cayó en el garlito de la demagogia ignorante.
DE FONDO: ¿Ya fue usted al súper esta semana? ¿o a la gasolinería? El INPC registró un incremento de 0.20 % respecto al mes anterior. Con este resultado, la inflación general anual se ubicó en 4.65 por ciento. Esto no significa, como nos quieren hacer creer, que la inflación “ha bajado”, significa que los precios siguen subiendo y que, con la sequía, el calor y la falta de inversiones productivas, los productos que consumimos serán cada día más caros. ¡qué preferiría usted, carne y gasolina más baratas o una calcomanía tamaño caguama de un candidato en el parabrisas de su auto, o una bolsa para el mandado, si no tiene auto?
DE FORMA: Tercera Ley de Parkinson: “El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia”. ¿Se acordó usted de las “mañaneras”? Nosotros sí. ¿Cuánto cuesta desperdiciar el 80% de las “horas/presidente a un país?
DEFORME: Ni el tiempo ni el dinero alcanzarán para cubrir las promesas de campaña, ¿ya se dio usted cuenta o prefiere atole con el dedo?
Redacción